Pica con un corte muy fino la cebolla y el diente de ajo.
Limpia y prepara los champiñones. Para ello, retira la parte del tallo y la película que recubre la cabeza del hongo si fuera necesario y lava los champiñones. Una vez limpios, córtalos en láminas finas.
En una olla con aceite de oliva a fuego medio pocha el ajo y la cebolla, junto al laurel y una pizca de sal durante unos 8-10 minutos (hasta que la cebolla se torne transparente).
Añade los champiñones para cocinarlos junto al ajo y la cebolla durante 5 minutos más.
Añade una cucharadita de harina para esperar la mezcla y continúa removiendo.
Mientras, fríe las albóndigas en aceite muy caliente hasta que estén doradas.
Añade a la salsa de albóndigas medio vaso de vino blanco y, seguidamente, el caldo de pollo.
Deja cocer a fuego suave durante 8-10 minutos y añade sal y pimienta al gusto.
Agrega las albóndigas previamente fritas en aceite. Deja que se cocine todo junto a fuego lento durante otros 10 minutos